Esta distancia es incluso menor que la existente entre nuestro planeta y su satélite natural, la Luna, por lo que la NASA tomó las precauciones necesarias para seguir de cerca su recorrido. Aunque cualquier posibilidad de colisión con la superficie planetaria estaba descartada, la agencia espacial lo catalogó como “potencialmente peligroso”, por lo que montó un operativo especial.
Por tal motivo el Centro de Vigilancia de California, conjuntamente con el observatorio de Arecibo, en Puerto Rico, tomaron los recaudos necesarios y acompañaron su trayecto por las cercanías de la órbita terrestre.
Sin embargo, las primeras imágenes no llegaron desde estos centros especializados, sino de las tomas del telescopio de Chumack, un astrónomo aficionado con residencia en Yellow Springs, en Ohio.
Por lo analizado de estas imágenes y de acuerdo a la información oficial, se determina que el asteroide tiene una forma casi esférica, con un diámetro de 400 metros y un período de rotación cercano a las 18 horas. (Especial)